El proyecto implica tres obligaciones mínimas: reforzar seguridad en los tesoros, disponer de un sistema de privacidad en torno a las cajas e inhibir el funcionamiento de los teléfonos celulares.
El proyecto contó con el respaldo de todas las bancadas parlamentarias (239 votos a favor, por unanimidad), incluido el oficialismo en pleno, que al principio y como es práctica habitual, escatimó el quórum en un intento de frenar una jugada opositora para cambiar el orden del día de la sesión sobre la cuestión Papel Prensa.
El presidente de la comisión de Finanzas, que fue cabecera para el tratamiento del proyecto, Alfonso Prat Gay (Coalición Cívica), destacó el contexto en que se realizó el debate en un marco de «poca fricción y mucho consenso» y celebró que «se trate» en el Cuerpo «aun con la demora».
Prat Gay reflexionó que se registran «24 salideras por día que son denunciadas», aunque aclaró que hay «otras que no se denuncian» y demuestran «la gravedad del problema».
Respecto al proyecto, indicó que busca «transferirle a los bancos la seguridad de sus clientes dentro de las entidades. Son los bancos los que hacen negocio con el dinero de los ahorristas y los que deben garantizar estas normas mínimas».
El proyecto implica tres obligaciones mínimas: «Reforzar seguridad en los tesoros, disponer de un sistema de privacidad en torno a las cajas, con mamparas para evitar el acceso a terceros y evitar posteriores identificaciones; e inhibir el funcionamiento de los teléfonos celulares, con el objeto de que los delincuentes no transmitan quién es la posible víctima».